La Doctora Nuria Escoda nos ofrece algunas pautas para mantener a raya la línea y, sobre todo, no perder la salud en el intento



Dietas que recomiendan verdaderas barbaridades’. Así de rotunda se muestra la Doctora Nuria Escoda (al frente del centro de medicina estética ‘Dra. Escoda’, ubicado en Barcelona) cuando se refiere a los peligrosos regímenes drásticos y supuestamente ‘milagrosos’ que prometen una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo. ¿Entre esas barbaridades? Por ejemplo, saltarse alguna de las comidas (cuando lo recomendable es ingerir alimentos 5 veces al día) o aplicar la restricción de algunos grupos de alimentos durante un largo período de tiempo. Y es que las consecuencias pueden ser nefastas: desde posibles daños al organismo (páncreas, hígado, riñones...) a la alteración del metabolismo, etc. 


Es por ello que, con el fin de separar un poco ‘el grano de la paja’ en este terreno, la Doctora quiere hablarnos de algunas de las dietas más populares, contándonos su pros y sus contras:


DIETAS PROTEINADAS: 


En una dieta proteinada se consume un bajo o muy bajo contenido de hidratos de carbono, que son sustituidos por proteínas. Este tipo de regímenes facilitan la pérdida de peso puesto que suplimos la ingesta de hidratos con los que tenemos acumulados en nuestro organismo. 

Las dietas pueden hacerse más o menos estrictas en función del resultado que pretendamos obtener y lo rigurosos que queramos ser. Las más estrictas contienen cantidades mínimas de hidratos de carbono y son las que deben llevarse a cabo durante períodos de tiempo más breves. 


Desventajas:
-Pueden resultar metabólicamente perjudiciales, ya que se pueden ‘sobrecargar’ los riñones o el hígado, lo cual es muy importante en personas con problemas de salud. 

-No se consiguen modificar los hábitos alimenticios hacia prácticas más saludables que se mantengan por largos periodos de tiempo. (Lo recomendable es ‘reeducar’ el organismo y aprender a mantener hábitos saludables de alimentación de forma continuada). 


·         Ventajas:

-Son dietas idóneas para mantenerlas por un periodo corto o muy corto de tiempo (indicadas siempre para personas en buen estado de salud) que te permiten perder peso de forma rápida, lo cual anima a quien la sigue. Eso sí, siempre bajo supervisión médica. 




·         DIETAS HIPOCALÓRICAS: 


Como su nombre indica, tiene controladas las calorías. Son las dietas clásicas en las que se come de casi todo controlando la cantidad. Su base es que, al consumir un número inferior de calorías a las que quemamos en nuestro día a día, el cuerpo se alimentará de aquellas que hayamos acumulado. De esta manera, evitamos producir más grasa y, además, nuestro organismo consume la que ya habíamos producido, reduciendo volumen automáticamente. Es la dieta clásica en la que comemos de todo en menor cantidad. 

En su contra: los resultados son más ‘lentos’ que las dietas que controlan los hidratos de carbono. 
A su favor: es más equilibrada en nutrientes. 






  • DIETAS DISOCIADAS: 

    Las dietas disociadas fueron una tendencia dietética muy extendida en todo el mundo hace unos años. Se trata de comer un solo tipo de alimentos en cada comida, por ejemplo: solo fruta, solo pollo... Esta conclusión se basa en que cada uno de estos grupos de alimentos requiere un PH diferente en el estómago para digerirlos bien y asimilar adecuadamente los nutrientes. 
    No tiene fundamento científico que avale su efectividad. Estuvo de moda hace unos años pero ahora está en desuso. No existe ninguna prueba empírica de que este tipo de dietas funcionen.

  • UNA ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA, LA DIETA 'IDEAL': 

    Una dieta equilibrada es aquella formada por los alimentos que aportan una cantidad adecuada de todos y cada uno de los nutrientes que necesitamos para ostentar una salud óptima. La dieta ha de ser variada, consumiendo sobre todo productos frescos y de temporada. Es la que contiene todos los nutrientes necesarios para la vida saludable del organismo: física y mentalmente. Es decir, que incluye todos los componentes que alimentan nuestros órganos: vitaminas, las proteínas, los hidratos de carbono, etc, en cantidades equilibradas entre sí y sin sobrepasarse ya que, si no, los excesos se convertirán en grasa acumulada. 
  • Un buen ejemplo de dieta equilibrada es la Dieta Mediterránea (que se compone de la fusión de todo tipo de elementos y su consumo es muchas veces en crudo, conservando así la mayoría de propiedades de los alimentos), o la Dieta de la Zona. en la que la combinación de los distintos grupos de alimentos sigue una proporción establecida. El único inconveniente que puede presentar esta última es que resulta un poco mas difícil de seguir al tener que equilibrar más los distintos grupos alimentarios con pesos y medidas.


  • BAJO SUPERVISIÓN MÉDICA: 

    Una dieta equilibrada no supondrá lo mismo para todos, ya que cada persona presenta unas necesidades distintas y la dieta equilibrada varía de unos individuos a otros (por ello, normalmente se habla de cantidades o ingestas diarias recomendadas). De ahí que en Dra. Escoda recomiende que, quien desee perder peso, se ponga en manos de profesionales médicos, capaces de ofrecer un seguimiento personalizado e individual, para asegurar así que la alimentación es la adecuada en cada caso específico.

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