Estas semillas son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, ayudan a disminuir las tasas de colesterol y su consumo es especialmente beneficioso durante la menopausia.
Tau-tau. Es muy probable que este nombre no te diga gran cosa. Pues
bien; se trata del vocablo con el que hace miles de años los orientales se
referían a lo que hoy conocemos como soja. Una curiosa
palabra que traducida vendría a significar ‘la mejor semilla’. Y es
que ya los chinos eran conocedores de las grandes virtudes de esta planta
leguminosa. Tanto, que incluso la incluyeron en el selecto grupo de ‘semillas
sagradas’ junto con el arroz, el trigo, la cebada y el mijo.
No obstante, no fue hasta bien entrado el siglo XX cuando la soja comenzó
a emplearse en la alimentación en Occidente. Desde entonces
hasta hoy, dichas semillas no han hecho más que cosechar buenas críticas y
‘piropos’ de todo tipo... No por casualidad, las estanterías de tiendas y
mercados se llenan cada vez más de productos elaborados a base de soja o con
ella como ingrediente (leche, yogures, zumos, tofu...). ¿Los motivos de tanta
bondad? Ahí van algunos de los más importantes:
·
La soja es
una fuente muy valiosa de proteínas de altísima calidad, incluso
superior a la de algunas carnes. Se trata de proteínas, en este caso vegetales,
en cuya composición encontramos aminoácidos esenciales que nuestro organismo
necesita y que no puede fabricar por sí mismo.
·
Es muy rica en
isoflavonas, unos compuestos naturales que ayudan a la regulación de
estrógenos (hormona femenina por excelencia). Ésto hace que el consumo
de soja sea especialmente beneficioso durante la etapa de la menopausia y
la post-menopausia.
·
Los alimentos a
base de soja son bajos en calorías y están libres
de colesterol.
La soja contiene mayoritariamente grasa insaturada.
El consumo de estos ácidos grasos polinsaturados se ha relacionado
científicamente con la protección cardiovascular y con la
disminución de la tasa de colesterol ‘malo’.
·
Además, las bebidas
a base de soja no contienen lactosa por lo que representan una
alternativa muy saludable para todos aquellos que no toleran la leche.
·
Los alimentos ricos
en soja nos ayudan a luchar contra el envejecimiento,
ya que en su composición cuentan con sustancias antioxidantes, capaces de
neutralizar el efecto dañino de los radicales libres. Ayuda a controlar
algunos tipos de diabates y
de enfermedades renales.
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