Según un estudio, los españoles desperdician 11.000 millones de euros cada año en comida. Te ofrecemos algunos consejos prácticos para reducir el desperdicio de alimentos.
250 euros. Esta es la nada despreciable cantidad de
dinero que, más o menos y de media, tira cada español a la basura en concepto
de comida. Así se desprende de una reciente encuesta realizada por la firma
Albal en siete países europeos. Los motivos fundamentales: una
mala planificación de las comidas, sumadas un almacenaje inadecuado de los
alimentos. Con el fin de concienciar y animar a los consumidores a que
actúen de manera más consciente, esta conocida firma ha puesto en marcha
la iniciativa ‘Save Food’ (en colaboración con la ong Acción
Contra el Hambre). ¿La idea? Ofrecer consejos prácticos para ayudar a
la gente a sacar el máximo partido a la comida que se compra y que, de
este modo, se desperdicie en menor medida. Estos son algunos ejemplos.
ANTES Y DURANTE LA COMPRA
·
Trata de hacer la
compra con dinero efectivo. Puede parecer
complicado, pero funciona. Somos grandes compradores impulsivos, por lo que
será muy útil dejar la tarjeta de crédito en casa. Ello nos obligará a ser más
conscientes sobre lo que gastamos y lo que podremos consumir realmente.
- Procura no ir a la compra cuando tengas hambre. Un estómago vacío siempre te impulsará a comprar más comida de la que realmente necesitas.
- Organiza las comidas en torno a los alimentos que tengas en casa. Comprueba lo que tienes en la nevera, congelador y despensa antes de salir de casa y haz tu lista de compra de forma racional, sin dejar de respetarla en ningún momento.
- Una pizarra siempre viene bien. Ten una lista de la comida que compres en una pizarra o junto al frigorífico. Anota también la comida sobrante para recordar lo que tienes aún por consumir en la nevera. Así, podrás llevar un seguimiento de lo que tienes almacenado y planificar las comidas antes de ir al supermercado.
- Compra frutas y verduras frescas en mercados. Los alimentos de los mercados están recién recogidos y suelen durar más tiempo. Puedes también comprar cantidades más pequeñas o paquetes individuales, y así obtener la cantidad exacta que necesites, evitando de esa manera comida sobrante que puede acabar en la basura.
- Comprueba
las fechas de caducidad. Para evitar comprar
alimentos cercanos a su fecha de caducidad, echa siempre un segundo
vistazo al fondo de los expositores. Ahí es donde los supermercados
almacenan los alimentos con fechas de caducidad más lejanas.
EN CASA
·
No pierdas de vista
la fruta. Una sola fruta o verdura pocha
es suficiente para echar a perder el resto. Retira inmediatamente del
frigorífico los productos estropeados. Pero en lugar de tirarlos a la basura,
elimina las partes estropeadas y, por ejemplo, añade el resto de la fruta
a tus cereales del desayuno como
una aportación extra de salud.
Evita la abrasión
del congelador. Congelar la comida
es un gran método de prolongar su vida útil y mantenerla fresca. Aún así, si se
almacena inadecuadamente, la comida congelada acabará con abrasión por
congelación. Evita esta situación mediante el uso de bolsas y recipientes
específicamente diseñados para el congelador, ya que son lo suficientemente
gruesos como para mantener la humedad y los olores alejados.
· Congelar en
pequeñas raciones. Cuanto más rápido se
congela la comida, más fresca está cuándo se descongela. Como las raciones
grandes tardan más en congelarse, es mejor optar por porciones pequeñas a la
hora de congelar alimentos. Espera también a que se enfríen las comidas calientes
antes de meterlas en el congelador.
- No laves antes de guardar. Lavar provoca la acumulación excesiva de humedad en frutas y verduras. El exceso de humedad ocasiona marchitamiento, manchas marrones y moho en verduras y frutas. El lavado puede acortar el tiempo de almacenaje, así que asegúrate de no lavar verduras y frutas que tengas pensado almacenar.
- Asa y congela antes de que sea demasiado tarde. Si tus verduras se acercan a la ‘fecha de caducidad’ pero no has tenido la oportunidad de utilizarlas, no tienes por qué tirarlas a la basura. Prueba a escaldarlas (proceso rápido de hervido) o asarlas y a continuación congélalas en una bolsa adecuada.
- Aprovecha
las sobras. Siempre que puedas convierte los restos
de comida en una nueva receta. Con un poco de imaginación no es tan
difícil. Estas son ALGUNAS IDEAS.
0 comentarios:
Publicar un comentario